Este blog, resultante de la emigración de mi «Espacio de Avidad» en Windows Live a Words Press, fue creado -y sigue siéndo adicionado- especialmente para aquellas personas amantes de la buena poesía, con el aporte de mi propia voz en las declamaciones, habiéndose agregado presentaciones de Power Points (PPS), videos y enlaces de interés para el disfrute de mis visitantes, asi como temas de fondo y mis escritos personales de opinión en la sección titulada «Mis artículos»
Manuel Benítez Carrasco nació en Granada el 1 de Diciembre de 1922 en pleno corazón del barrio del Albaycín.
Pasó los pimeros años entre la colegiata albaicinera donde su tío Manuel Benítez Martínez era el coadjutor, la ermita de San Miguel Alto donde su padre ejercía de carpintero y las escuelas del Ave maría, donde, como él mismo decía, aprendió las primeras letras. Así, dada la ubicación de su cuna no es de extrañar que el poeta haya traducido desde sus primeros escritos la belleza de Granada que sus ojos contemplaban desde los altos del cerro del Aceituno y por los requiebros de las callejuelas de su Albaycín natal.
Benítez Carrasco inició su carrera literaria colaborando en la revista poética «Colección Vientos del Sur». Muy joven, en 1943, obtuvo su primer premio de relevancia, el Premio Nacional de Teatro de Escuadra con la obra «Luz de Amanecer», comenzando desde ese momento una trayectoria literaria jalonada de galardones.
En 1947 marcha a Madrid, ciudad donde comenzó a ganarse la vida como poeta, recitando sus poesías en teatros y clubes en los años 50. Según explicó Delgado-Calvo, la peculiaridad de Benítez Carrasco reside en que » no fue un poeta al uso de los que conocemos hoy, que publican sus libros y les llaman para dar conferencias», sino un «poeta de cartel» que se ganaba su vida recitando su poesía en teatros y clubes de lujo. «Lo que nadie puede discutirle a Benítez Carrasco es que salía al escenario a recitar sus poesías y triunfaba. Llenaba los escenarios, los abarrotaba»
Sin embargo en Madrid no terminaba de encontrar su hueco y se marcha a América, donde le llega el éxito. Desde 1955 su figura es inseparable de Hispanoamérica; viaja a Cuba y en la isla caribeña permanece durante todo un año. A partir de ese momento la figura de Manuel Benítez Carrasco es totalmente inseparable de México, donde pasa gran parte de su vida.
A partir de los años 70, Benítez Carrasco empezó a alternar su residencia en México con estancias en Granada, donde murió en 1999.
En 1998 fue nombrado hijo predilecto de la ciudad de Granada, año en que también se le dedicó una importante avenida en el barrio de la Oliva, en Sevilla.
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